VADEBACO
C/ Campomanes 6, Madrid.
Precio: 40€
Calificación: ¡¡5 GUINDILLAS!!
Esta crónica aparece hoy aquí, aunque podría haber salido mañana, porque Vadebaco es un restaurante y a la vez es un bar dónde podemos disfrutar de una variada y estupenda relación de vinos, dónde podemos comer en un horario muy amplio y además podemos tomar el aperitivo o una copa después de comer o cenar.
En cualquier caso hoy es un día muy especial, porque Vadebaco se ha ganado el honor de ser nuestro primer "5 GUINDILLAS". Ya veréis por qué.
Y antes de que sigáis leyendo, una aclaración, vais a ver muchas fotos de comida, pero me gustaría explicar, antes de que nos llaméis tragaldabas, que se debe a que hemos ido dos veces. La primera fue "sin querer", pasábamos por allí y la entrada del local nos cautivó, por lo que entramos y a partir de ese momento disfrutamos de una comida realmente estupenda. Estábamos encantados, tanto que ya nos olíamos las 5 guindillas, pero no queríamos adelantar acontecimientos, por lo que convocamos a unos cuantos amigos para otro día. En esta segunda ocasión quisimos comprobar la faceta de la barra.
Volvimos a salir encantados. Ya estaba claro, sería nuestro primer 5 guindillas.
El local:
Sencillamente espectacular, no tengo mucho más que decir. Se accede desde la calle a través de un antiguo paso de carruajes, en cuyas paredes ya aparecen reflejados los menús, los precios de los vinos por copas o el de los cócteles.
El salón se ubica en lo que vendría a ser el patio de luces del inmueble, tranquilos, está techado, con una superficie translúcida que inunda de luz el interior.
A la derecha tenemos el espacio dedicado a la barra, amplia zona de taburetes y mesas altas. En el lado izquierdo tenemos una barra dónde se sirven copas en horario vespertino y nocturno. De frente, tenemos un acceso a la cocina.
La barra para el aperitivo |
La barra de los cócteles |
La comida:
Tenemos una carta con muchas referencias tradicionales, no está poblada, pero es muy atractiva y contenida en el precio. Podemos, además, comer con un menú o, los días de diario, un plato de cuchara con una copa de vino.
Y ahí está la clave de este lugar, el vino, disponen de un montón de referencias que van mucho más allá de las clásicas. Podemos disfrutar de muchos vinos por copa, ya sea en la barra o comiendo.
En la primera ocasión, cuando disfrutamos de una comida sentados en el salón, dio la casualidad de que era el día anterior a la celebración de los premios Goya y una vez sentados nos dimos cuenta de que había algún que otro conocido actor entre los comensales. No acudimos a los sitios porque tal o cual personaje se deje ver por allí, pero me hizo pensar que no sólo estarían por la cercanía al lugar de la celebración.
En fin, famosos que no vienen a cuento aparte, deciros que todo comenzó muy bien, nada más sentarnos y pedir una cerveza mientras decidíamos que íbamos a comer, nos sirvieron una cazuelita de garbanzos que no sólo era coqueta, ¡estaban deliciosos! y os lo dice un amante de los garbanzos.
Pues bien, comenzamos con una ensalada con tempura de cangrejo y mahonesa de wasabi. ¡Espectacular!.
Continuamos con unas croquetas deliciosas, suaves, ligeras y cremosas.
Luego nos vino el punto carnívoro y Pendiente de Diagnosticar se decantó por la hamburguesa de wagyu.
Y yo por el lomo alto a la parrilla. Sí, ya lo sé, soy un clásico.
Y de postre el "Mojito Frozen".
Todo ello lo regamos con una botella de Martúe Syrah a temperatura perfecta.
Pero como ya os he contado, quisimos compartir la experiencia con amigos, por lo que los citamos para disfrutar de un aperitivo en la barra, dónde dimos cuenta de unos cuantos vinos.
Ese día no sólo disfrutamos de las raciones, sino de algún buen detalle, por ejemplo, pregunté por un vino que si bien figuraba en su carta, no estaba en la relación de aquellos que podían pedirse por copas, sin embargo y sin poner ningún pero, nos abrieron una botella y nos sirvieron unas copas. Es más, cuando la camarera descorchó la botella no le dio buena impresión el corcho, por lo que, sin mediar palabra por mi parte, dispuso dos copas en la barra, una para mí y otra para ella, para que probásemos si el vino estaba bueno. ¡Afortunadamente estaba muy bueno!.
Os dejo con algunas fotos de este segundo día.
A destacar:
- El local, espectacular.
- El servicio: profesional, preparado, diligente, discreto.
- La relación calidad precio.
- La cocina, de platos tradicionales con una cuidada presentación.
- Y por supuesto, la carta de vinos.
A mejorar:
Esto...., pues no sé..., me cuesta..., pero claro, debo decir algo...
Está bien, una cosita, el espacio disponible para pedir en la barra, algo escaso y poco iluminado.
Conclusión:
No sólo un lugar recomendable, sino imprescindible, ubicado en el centro de Madrid, a tiro de piedra de un montón de sitios turísticos, a un paso del Metro y con un horario estupendo que te permite disfrutar de su carta en un margen muy amplio.
Como el pajaro huy, huy. . . . . .
ResponderEliminarrozando el larguero. Lo conozco y la verdad que está muy bien.
El aprendiz de Juez.
A mi me has convencido ¡tengo que conocerlo¡¡
ResponderEliminar