Sidrería Restaurante El Llagarón

RESTAURANTE EL LLAGARON

C/ Camino Prado Vera 6

Guadarrama, Madrid.

Telf: 91 854 97 87

web: http://www.el-llagarondeguadarrama.es/

Precio: 40€


Calificación: 3,5 GUINDILLAS

En plena sierra de Guadarrama, en el pueblo del mismo nombre, se encuentra la Sidrería Restaurante El Llagarón.

Aquí se come muy bien, quizá por el nombre podamos suponer que se trata de la típica sidrería tipo mesón que puede encontrarse en muchos lugares, nada más lejos. Este restaurante combina la cocina tradicional asturiana con notas de cocina actual y mucho menos localista, además, posee una carta de vinos realmente interesante.


EL LOCAL:

Realmente llama la atención, se trata de un edificio de considerables dimensiones dotado de parking propio. Nada más entrar nos encontramos con una amplia barra a la izquierda, lugar de encuentro antes de pasar a los salones o, simplemente, un sitio estupendo para tomar un aperitivo.

Consta de dos salones, uno en la planta baja y otro en un nivel superior desde el que poder admirar unas impresionantes vistas hacia la Bola del mundo, el puerto de Navacerrada o la montaña de los Siete Picos.

La decoración es bastante agradable, las mesas amplias y cómodas, con buena separación entre ellas. Por poner un pero, el día en el que estuvimos la iluminación del local, en cuanto a intensidad, era francamente mejorable.

LA COMIDA:

Como ya os he adelantado, no se trata sólo de un lugar donde disfrutar de la cocina tradicional asturiana, que sí, sino que también dispone de una amplia carta con muchas y cuidadas elaboraciones de un tinte mucho más cosmopolita, por lo que nosotros decidimos combinar ambas cocinas.

Pero mejor será predicar con el ejemplo, por lo que vamos a contaros lo que nos comimos las cuatro personas que allí estuvimos disfrutando (¡madre mía como nos pusimos!).

Pero eso sí, mientras consultábamos la carta nos pedimos un par de cervezas y amenizaron nuestra espera con unos buenos aperitivos:

Y llegó la comanda, que reproducimos tal y como aparece en la carta del restaurante:

 

Demicuit de Foie hecho en casa al Oporto de Vinagre con manzana compotada en mil especias y cebolla en su almibar:

Delicioso, quizá demasiado frío, supongo que para mejorar el corte, pero que le hacía perder aroma.

La Ensalada de la casa  "El llagarón" - mixta ilustrada, taco bonito del norte pimientos asados en esta santa casa y confitura de aceituna.

Correcta, sin más.

 

Revolconas con torreznos y setas

¡¡¡Impresionantes!!!, para mi y para Pendiente de Diagnosticar fue el mejor plato de la comida

Verdinas con venado

Correctas, no acabamos de pillarle la gracia a esta moda de las verdinas.

Chuletón de carne Roxa - Buey (mínimo dos personas) Trinchado 

Carne a la brasa, abundante y sabrosa.

Chuletillas de lechazo

Pues eso, chuletillas en su punto.

¡Pero no nos quedamos ahí!, ¡qué va!, las dos golosas del grupo decidieron tomar un postre, así que esto es lo que se zamparon:

Frixuelos con siropes a elegir .

Excesivamente dulces, hay que decirlo todo, practicamente incomestibles.

Arroz con leche asturiano cremoso requemado al momento

Buen sabor, pero algo demasiado líquido para nuestro gusto. Ya sabéis como nos gusta a nosotros el arroz con leche y nuestra receta también es asturiana

Regamos la comida con una botella de Tilenus crianza (como me gusta ese vino) y finalmente nos pedimos unos cafés.

La cuenta ascendió a 161,95 € y nos invitaron a unos maravillosos gin-tonics, para las chicas perfumados con pimienta dulce. En el caso de los chicos nos sirvieron Gin Mare con tónica, la Gin Mare es una ginebra española (a destacar en esta época de explendor del gin tonic) que combina muy bien con romero.

A destacar:

• La carta, muy completa y variada.
• Algunos platos, especialmente las patatas revolconas ¡impresionantes!.
• La carta de vinos.
• Las vistas desde los salones.
• El servicio, de un trato exquisito.



A mejorar.

• Las esperas, me explico, me gusta que me dejen comer a mi ritmo, pero aquí se pasaron. Demasiado tiempo de espera entre platos que llegó a hacer la comida excesivamente larga.
• Los postres, especialmente los frixuelos, parecía que se les había caído el azucarero encima.

Conclusión:

Un lugar muy recomendable, de cocina tradicional, contundente o innovadora, a elección. El local dispone de parking propio muy cómodo y las vistas son expectaculares.

La cocina es buena, pero con altibajos