Cuando comenzamos esta experiencia bloguera, nuestra primera crónica viajera fue de Nueva York, en aquella ocasión os dije que contaríamos nuestra experiencia en tres episodios, pero va a ser que no. ¿Y cómo es eso?, pues básicamente porque el blog lo llevo yo, la crónica es mía y la cuento como quiero.
No, es broma, lo que ocurre es que creo que es más flexible un post un poco más corto y temático, por lo que hemos cambiado el formato.
Hoy voy a hablaros de una noche en la que recorrimos el sur de Manhattan y la zona del Meatpaking District.
Alucinante.
Bien, en la zona sur de la isla se encuentra un campus universitario, ¿os suena la imagen de la fuente?, miradla bien, se trata de la misma fuente en la que los protagonistas de Friends comenzaban los episodios y sí, la casa que salía en los pocos exteriores de la serie está allí mismo.
La fuente se encuentra en la Plaza Washington (Washington Square Park) y allí mismo, bajo el mismísimo arco, disfrutamos de una de esas actuaciones vocales que tanto abundan en la ciudad. Os dejo el vídeo.
Desde la plaza caminamos hacia el oeste, por la calle St. Christopher, o lo que es lo mismo, el barrio neoyorquino dónde podréis ver banderas arco iris. En los años 70 se convirtio en la zona gay de la ciudad. No es muy grande, al menos lo que nosotros vimos, nada que ver con Chueca, a no ser por la presencia de algunos restaurantes, bares de copas y zonas de ocio con cierto parecido, pero en resumidas cuentas, se trata de algo mucho más pequeño y modesto que se confunde con otras calles de la zona. Es un lugar muy bonito y sorprendente, sobre todo porque los edificios datan de principios del siglo XIX, las calles de la zona tienen trazados irregulares (algo muy curioso en Nueva York) y en lugar de asfalto, pisas sobre pavés.
Muy cerca hay una zona de ocio con ambiente universitario, eso sí, muy cool. Abundan los oyster bars y algunos restaurantes exóticos. Nosotros nos decantamos por un restaurante israelí, ¡estábamos consiguiendo comer como auténticos neoyorquinos!, es decir, ya habíamos ido a restaurantes italianos, japoneses, chinos y ahora un israelí. Además de alguna clásica hamburguesa, el peor perrito caliente que me he comido en mi vida y esos absurdos y descomunales cafés con aromas imposibles y la cafeina y el azucar necesarios para aguantar una semana sin dormir.
Ahora que lo pienso... ¿y si en vez de jet-lag lo que yo tenía era una sobredosis de cafeina?. Aún recuerdo el primer café que me pedí, el diálogo fue más o menos así (yo hablando fatal en inglés y la camarera mirándome como si fuera venusiano):
- Hola, quería un café.
- Con sabor a qué.
- ¿Cómo que a qué?, ¿a café?.
- No hay café con sabor a café, tiene que pedir vainilla, canela, cacao...
- Pero es que yo no quiero que sepa a nada, quiero que sepa a café.
- Pues de eso no tenemos.
- ¿¿¿¿????.
Ahora que lo pienso... ¿y si en vez de jet-lag lo que yo tenía era una sobredosis de cafeina?. Aún recuerdo el primer café que me pedí, el diálogo fue más o menos así (yo hablando fatal en inglés y la camarera mirándome como si fuera venusiano):
- Hola, quería un café.
- Con sabor a qué.
- ¿Cómo que a qué?, ¿a café?.
- No hay café con sabor a café, tiene que pedir vainilla, canela, cacao...
- Pero es que yo no quiero que sepa a nada, quiero que sepa a café.
- Pues de eso no tenemos.
- ¿¿¿¿????.
Después de una frugal cena a base de hummus (es que no puedo evitarlo, cada vez que lo veo me lo pido) y alguna cosilla más, emprendimos camino, esta vez sí, hacia el Meatpaking District.
Se trata de un barrio que está muy de moda en la ciudad, es un espacio rehabilitado en los antiguos mataderos de la ciudad, más concretamente en las antiguas salas de despiece de las que salía la carne que consumía Manhattan y así fue durante muchísimos años.
Me cuentan que en los años 80 era una zona abandonada, peligrosa, habitada por ratas como perros y prostitutas. Sin embargo, algún avispado inversor (la mitad de las estrellas de Holliwood del momento) se dedicó a invertir en la zona y, poco a poco, inmuebles condenados fueron tomando nueva vida y en los antiguos mataderos comenzaron a aparecer restaurantes o bares de copas.
Así fue hasta que la presión de los nuevos inversores consiguió que se promulgara una ley que convirtió a toda la zona en un espacio protegido, de modo que todos sus edificios y sus calles de pavés han de ser conservados (a pesar de los problemas que causa el adoquinado en los tobillos de las neoyorquinas subidas a taconazos increibles).
Daos una vuelta por la zona, hay restaurantes abiertos las 24 horas, clubes nocturnos, salas de arte, mercados gourmet. Lo más glamouroso de la ciudad se da cita allí. Dicen, nosotros no lo vimos, que el mejor momento se da al aprovechar una tarde de tormenta que deje el suelo mojado, así, al anochecer, podemos ver el pavés iluminado por el atardecer.
Nosotros sólo paseamos por The Highline, un parque lineal de dos kilómetros y medio que aprovecha un antiguo trazado del metro elevado. Han conservado las vías y a todo lo largo han creado un precioso parque con muchas zonas para sentarse y contemplar la ciudad desde lo alto. Sin duda alguna uno de los paseos más bonitos de la ciudad.
Y así, seguimos caminando y caminando porque la noche lo merecía y nos permitió contemplar la luna llena sobre el Empire State.
Al llegar a Times Square nos topamos con una marea humana, no ocurría nada extraordinario, solamente era sábado, ¡increible!, casi no se podía caminar.
Lo mejor de todo es que en la esquina de Times Square y la calle de nuestro hotel, se estaba realizando una exposición de muscle cars. ¡El broche perfecto a una noche maravillosa!.
¿que es eso tan verde que te bebías con el humus? En la foto tiene una pinta horrible. Al contrario que el coche naranja;ese me ha gustado mucho
ResponderEliminar¡Ya te digo!, pero es que yo no lo probé, se lo bebió Pendiente de Diagnosticar, se supone que era "Mojito de albahaca", o algo así, yo es que soy más clásico y me pedí una cerveza.
ResponderEliminarMe encantan los coches, pero no estoy muy puesto en los americanos, ¿alguien puede ayudarnos?, ¿un Pontiac GTO?, ¿un Dodge Charger?, ¿un Plimouth Barracuda?.