Hoy, toca un cóctel, pero en versión reducida y pensado como un aperitivo previo a una cena, lo cual no deja de ser interesante, puesto que es considerado el cóctel mañanero ideal para superar una resaca, por lo que puede parecer que estamos poniendo los bueyes delante del carro o, quizá, adelantando acontecimientos.
Introducción:
Se dice que el nombre de este famoso combinado surge de los recuerdos que dejó el reinado de María Tudor, que llevó a cabo una feroz represión sobre los no católicos en Inglaterra.
Bien, dejando aparte la historia, lo cierto es que es un cóctel fantástico y del que podéis hacer muchos usos y consumir casi a cualquier hora y momento del día. En este caso la inspiración surgió tras ver a un gran experto en catering, realizar un "bocado de Bloody Mary", que básicamente consistía en inyectar vodka en tomates cherry.
Tras intentarlo infructuosamente y haber conseguido reventar una docena de tomatitos, decidí darle una vuelta a la receta.
Ingredientes:
- Zumo de tomate.
- Vodka.
- Zumo de limón.
- Tabasco.
- Salsa Worcestershire.
- Sal y pimienta.
- Un tomate cherry.
Elaboración:
2.- Añadimos unas gotas de zumo de limón, dos (o tres) gotas de Tabasco y un golpe de salsa Worcestershire.
3.- Salpimentamos y decoramos con un tomate cherry.
Consideraciones:
El tradicional cóctel se sirve con hielo en cubitos, no los hemos incluido por tratarse de un aperitivo, así que es conveniente utilizar zumo de tomate frío y un vodka que tengáis guardado en el congelador.
Es tradicional decorar el Bloody Mary con una rodaja de limón. También en Estados Unidos es muy típico añadir una ramita de apio (1).
Consideraciones:
El tradicional cóctel se sirve con hielo en cubitos, no los hemos incluido por tratarse de un aperitivo, así que es conveniente utilizar zumo de tomate frío y un vodka que tengáis guardado en el congelador.
Es tradicional decorar el Bloody Mary con una rodaja de limón. También en Estados Unidos es muy típico añadir una ramita de apio (1).
Si vais a ir a Nueva York, os recomiendo que os paséis por el bar del restaurante que Michael Jordan tiene en Grand Central Station: Michael Jordan's The Steak House N.Y.C., un lugar dónde te atenderán con una enorme amabilidad y te servirán el Bloody Mary más brutal que me he bebido en la vida. Eso sí, absteneos los paladares delicados, echan algo más de dos gotas de Tabasco.
(1) Nota del Capitán Rábano: ¡No por Dios, no lo hagáis!
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