jueves, 7 de julio de 2011

Irlanda (VII), de Derry a Belfast pasando por la Calzada de los Gigantes


By on 1:49

Amanecimos en Derry y después de una noche de sueño reparador (y mira que me extrañó, yo seguía imaginándome a la madre en una mecedora en la habitación del fondo), bajamos a desayunar y de nuevo una sorpresa, porque a pesar de que el tio llevaba la misma ropa (y los mismos lamparones) que el día anterior, nos ofreció un desayuno estupendo. Era un espectáculo verle deambular con ese corpachón chepudo y dirigirse a todo el mundo a grito pelado, para que os hagáis una idea era lo más parecedio a Walter Mathau en el personaje de "La extraña pareja" y allí, en el salón de la planta baja, sobre mullidas alfombras llenas de migas de pan y restos de mermeladas, dimos buena cuenta de unos huevos revueltos y nos preparamos para el viaje del día, el último que haríamos en coche por Irlanda, hasta Belfast haciendo escala en la Calzada de los gigantes.

 




Se trata de un lugar espectacular, una formación geológica natural en un pareje impresionante en el norte de la isla de Irlanda.

Desde la entrada al complejo en el centro de interpretación, podéis subiros en un autobús que os acercará a la parte que penetra en el mar, pero yo os recomiendo que lo hagáis a pie (a no ser que haya un temporal de viento y lluvia), porque aunque tengáis que caminar algo y subir y bajar algunas escaleras, tampoco es tan duro y si encima os encontráis con un día soleado como el que tuvimos nosotros, pues disfrutaréis mucho con el paseo y siempre podréis luego acudir a alguna destilería cercana a reposar la excursión.

Lo cierto es que a mi lo que más me impactó no fue tanto la calzada en si (muchas veces vista en televisión o en fotos), sino el paraje y pensar que allí mismo encallaron naves españolas que intentaban circunvalar las islas británicas escapando del desastre de la Armada Invencible. Y es que hay mucha literatura romántica acerca de los tercios españoles que acabaron en Irlanda, pero no siempre todo es tan bonito como parece. Si tenéis un minuto os recomiendo la lectura de este artículo.







Concluida la visita y sin ánimo para buscar los cementerios de los españoles, pusimos rumbo a la capital de Irlanda del Norte y segunda ciudad de la isla.

Después de tantos kilómetros, ya me había habituado a conducir por la izquierda, pero la entrada en Belfast casi me provoca un ataque de ansiedad, porque hay un verdadero nudo de autovías realmente confuso. Afortunadamente los irlandeses parecen conducir con bastante precaución y respeto.

Por fin llegamos al centro de la ciudad y nos dispusimos a hacer entrega del coche y entonces vino a mi memoria la horrible amenaza de arder en las llamas del infierno y sin poder volver a degustar una Guinness para toda la eternidad, que pareció haberme lanzado la chica de acento incomprensible de la oficina de Dublín mientras señalaba, con un boli bic mordisqueado, un dibujo que representaba un indicador de nivel de combustible que señalaba el lleno a reventar y que, habilmente, deduje que significaba que así había que devolver el coche. Por tanto, una vez localizada la oficina, busqué una gasolinera. Calculo que aproximadamente tres horas y media después y con el depósito en la reserva, di con una... que estaba en la calle de al lado.

Al devolver el coche, el amable encargado, que no se molestó en comprobar los destrozos que había realizado en el embellecedor delantero izquierdo en el "bordillazo" de la salida de Dublín, me dijo:

- ¡Hombre que bien!, ¡si lo has llenado de gasolina!, no hacía falta hombre.
- ¿...?.

Bien, tras dejar el coche que tan bién se había portado, caminamos hacia nuestro B&B, que no estaba demasiado lejos, pero como en cualquier caso nos gusta caminar, pues allá fuimos.

Este sí era un lugar precioso, en un barrio tranquilo cerca de la Universidad y lleno de otros B&B, restaurantes y hoteles... y banderas británicas recordando el carácter unionista del barrio.



Dejamos el equipaje y volvimos a caminar por la ciudad. Dirigimos nuestros pasos hacía el centro, hacia el ayuntamiento y el palacio de la ópera y hacia otro tipo de templo, "The Crown Bar", un precioso pub totalmente recomendable para disfrutar de una buena cerveza (por supuesto en este lugar hay cervezas inglesas) o un buen "espirituoso" irlandés.

El ayuntamiento de Belfast


Tras reponer fuerzas, continuamos camino y así, cruzamos un puente sobre un montón de vías de tren que separan el centro de la ciudad de barrios republicanos, bueno, no exactamente, digamos que lo separan de barrios obreros y entre estos barrios la mayoría son republicanos, aunque también hay zonas unionistas.

En medio del puente, un vehículo blindado y armado de la policía, te recuerda que la cosa no es tan distinta. Allí, los policías paraban a casi todos los coches que cruzaban y los revisaban. Puede que ya ho haya atentados o que el ejército no esté en las calles, pero en la práctica se trata de dos comunidades separadas y enfrentadas y queda muchísimo por hacer para que simplemente compartan una cerveza en un pub.

Al otro lado del puente el paisaje cambia. Ahora las banderas son irlandesas, los nombres de las calles están escritos en irlandés y con caracteres celtas; los pubs tienen contraventanas cerradas aunque estén abiertos al público y los murales en las casas recuerdan a los "mártires".

No hay fotos, ni de esto ni de otras muchas cosas. Nos pareció obsceno parar a hacer fotos de este drama y eso a pesar de que en la ciudad hay un negocio que consiste en pasear en coche a los turistas por estas zonas y estos barrios mostrando murales o el lugar dónde se mató de un disparo a un niño que jugaba al futbol en el año tal o cual.

Volvimos hacia el centro de la ciudad y paseamos por sus arterias comerciales y ociosas y una cosa nos quedó muy clara: aquello no tiene nada que ver con las ciudades de la República de Irlanda, en el Ulster no hay fiesta, hay mucha menos gente por las calles, muchísimos menos turistas. Nadie parece divertirse demasiado.

Llegaba la hora de cenar y había que acercarse al B&B, así que tras dejar atrás un restaurante chino que ocupaba el interior de una antigua iglesia, recorrer la calle por dónde se realiza la famosa marcha de la Orden de Orange (llena de banderas británicas), por fin, al atisbar un pub dedicado a Van Morrison, el león de Belfast, nos dimos de bruces con una zona de restaurantes.




Afortunadamente el nivel de vida de Irlanda del Norte y el cambio ventajoso libra-euro, nos permitió cenar en uno de los mejores restaurantes de la ciudad (sí, salmón, que queréis, era o eso o cocina italiana) dónde tuvieron un gracioso detalle al traer la cuenta.


A la mañana siguiente, mientras esperábamos el taxi más barato de mi vida que nos acercase a la estación de tren desde la que partiríamos hacia Dublín (y que por supuesto llego a la capital irlandesa con 43 minutos de retraso. Sigo diciendo que seguro que es para distinguirse de los ingleses), el amable dueño del B&B nos daba palique, bueno, hasta que le dije que en Madrid en invierno hacía frio y nevaba, entonces su gesto cambió, me miro con cara de "este me está tomando por tonto, todo el mundo sabe que en España hace calor y no llueve nunca y por eso sólo os alimentáis de paella y sangría", en fin...

Lo mejor de todo es que el taxista, al reconocernos como españoles le dió por lo mismo y nos preguntó cómo hacíamos en un país en el que nunca llueve ni nieva para tener agua todo el año, ¡qué obsesión!.

Y aquí concluye nuestro periplo por la Isla Esmeralda, espero que os haya gustado la mitad de lo que a mí escribirlo y me gustaría saber si a alguien le ha sido util.

PD: Al volver a Madrid me pasé una semana conduciendo agarrado al volante, más tenso que las cuerdas de un violín y repitiéndome mentalmente:

"Por la derecha, por la derecha, por la derecha...".


About Syed Faizan Ali

Faizan is a 17 year old young guy who is blessed with the art of Blogging,He love to Blog day in and day out,He is a Website Designer and a Certified Graphics Designer.

2 comentarios:

  1. Magnifica cronica viajera.

    Creo que es un gran acierto esta seccion de viajes muy particulares y que es realmente la vision que tendria cualquiera al viajar sin paquetes organizados. Creo que es de gran ayuda para el que va a viajar y quiere saber un poco por donde ir y donde comer ....y beber.

    Parace una idea salida de alguna sobremesa larga amenizada con unos pacharanes.....

    Animo con este blog

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  2. ¡Muchísimas gracias!, de verdad que es un placer leer comentarios así. Esto da ánimos para seguir contando viajes desde la óptica de la sensación personal y de la utilidad, que es lo que, al final, buscamos y ya puestos, con algo de humor para que la lectura sea lo más amena posible.

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