Calle Lagasca 115
Madrid; 28006
Telf: 912109406
Precio: 25 a 30€
CALIFICACIÓN: 3 GUINDILLAS.
No soy muy aficionado a la cocina hindú. Digamos que no he tenido buenas experiencias, normalmente acabo lleno como si me hubiera comido un caballo y con algún sabor que se me repite durante un par de lunas.
Encima, en algunas ocasiones he ido a algún restaurante hindú muy pintón y caro y la experiencia no ha sido nada agradable. Sin embargo, recuerdo algún buen momento en la terraza de algún hindú de Lavapiés de precio mucho más módico.
En esta ocasión, no teníamos ninguna intención de ir a este lugar, de hecho ibamos a otro muy distinto, pero nos lo encontramos cerrado. Al volver hacia el coche vimos este local y nos dijimos, ¿por qué no?.
El local:
No hay mucho que decir, se trata de un local bastante pequeño y sencillo, pero muy agradable, encima, aquel día no había ningún otro cliente, así que no hubo ruidos ni nada parecido.
La atención fue muy buena, profesional y amable. Tras pedirnos un par de cervezas indias (elaboradas en Gran Bretaña) nos sirvieron unos aperitivos que, la verdad, fueron lo peor de la comida, no porque fueran malos, sino por su poco sabor. Y aquí hay una cosa que de verdad no entiendo y pasa muchas veces:
Vamos a ver, ¿por qué me pones tres salsas para degustar con las tortas y resulta que me das dos tortas?, me explico, si me sirvo todo lo que me has puesto para "mojar", rebosará por todos los lados. Una de dos, o falta pan o sobra salsa.
La comida:
Nos decidimos por el menú degustación, más que nada porque ya hemos explicado que no somos expertos en esta cocina.
Ahora sí, las sensaciones mejoraron mucho. Por primera vez no salí con la sensación de una boa constrictor, ni con sabores que me repitieran. De hecho eché de menos algo más de especias o picantes. Supongo que el adaptar los gustos al paladar español, hacen que se disimulen sus esencias.
Mención aparte el pan, ¡delicioso! y muy buena nota para el arroz y para la pakora. Las samosas eran más bien normalitas.
Pendiente de diagnosticar se pidió un postre que básicamente era un zumo de mango. Yo me pasé al café.
Conclusiones:
Local sencillo pero amable, con una carta poco extensa pero supongo que suficiente para este tipo de restaurantes en una ciudad como Madrid.
La cocina es buena y que nadie sensible al picante o a las especias extrañas al paladar español tenga reparos, la comida es muy suave y está muy poco especiada.
Una carta de vinos muy cortita, aunque supongo que suficiente también, es un tipo de comida que no sabría muy bien como maridar, nosotros comenzamos con una cerveza y luego nos pasamos a un rosado navarro.
En resumen, un lugar amable para iniciarse en el mundo de la comida hindú en un local pequeño y bien cuidado, con un servicio muy correcto y una cocina sin pretensiones y apta para todos los paladares.
Hoy no tengo por menos que mandarte mi felicitacón más cariñosa, Capitan Rabano y Guidillero Mayor de la Orden. Esas visitas dejan orgulloso a cualquiera.
ResponderEliminarYa sabes el consejo Guardiola :
"NO TE CONFORMES" tu llegaras a mucho más.
Un abrazo
El Viejo.
He de confesar que me ha gustado el reportaje del guindillero más dicharachero de Moratalá, las fotos han quedado muy bien. Enhorabuena, guindilleros.
ResponderEliminarVOTAD A LAS GUINDILLAS EN EL CONCURSO!!!!!!Y gracias al Viejo por sus lindas palabras
Vamoavé, en primer lugar gracias al viejo Sabio y en segundo lugar, Sonia, ¿qué es eso de Moratalá?, los indígenas de dicho barrio tenemos muy clarito que la zeta existe y se pronuncia, ¡pero mucho!. ¡Somos de MoratalaZ!.
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