Hoy es viernes, toca cóctel y hoy vamos a hablar de el rey de los cócteles de trago largo:
El Gin-Tonic.
Hablar del gin-tonic es hablar de la tónica, una bebida inventada por un tal Johann Jacob Schweppe, ¿os suena?, un tipo que inventó un sistema para añadir anhídrido carbónico al agua y embotellarlo. El amigo Johann se estableció en Londres, sin duda lo mejor que podría haber hecho, pues unos años después se añadió quinina a su agua tónica y podía ser utilizada para combatir algunas enfermedades infecciosas como la malaria.
Y aquí es dónde viene el golpe de suerte para la compañía Schuweppes, pues los ingleses se expanden por medio mundo y tienen la necesidad de combatir el paludismo, así, en la India, se da la orden a los soldados de su majestad de consumir agua tónica.
Al parecer, su sabor amargo, aunque refrescante, no era del agrado de todo el mundo, por lo que un oficial decidió combinarla con ginebra, que como todo el mundo sabe, sí suele ser del agrado de los británicos y, ¡et voila!.
Ingredientes:
- Ginebra (de la buena).
- Tónica.
- Hielo.
- Corteza de limón.
Elaboración:
Bien, aquí no hay grandes secretos, pero si hay que tener algunas cosas en cuenta.
En primer lugar el vaso. Lo mejor es un vaso ancho donde podamos disfrutar del frescor de la tónica y el aroma del limón y la ginebra. A mi me gusta mucho utilizar un vaso de los de tipo de sidra, tan de moda ultimamente en Madrid.
Ya con el vaso adecuado, incluimos el hielo, en cubitos grandes y en abundancia.
Corteza de limón. Bueno, sobre esto habría mucho que hablar, ultimamente se ha puesto de moda combinar el gin-tonic con otros aromas, como el pepino o incluso el hinojo. En fin, aparte de modas, parece ser que hay grandes expertos que recomiendan estos experimentos en función del tipo de ginebra o de tónica que utilicemos. Pero bueno, yo creo que con limón nunca fallas.
¿Por qué corteza?. Bien, según los más puristas lo ideal es utilizar corteza de limón y NO una rodaja de limón, pues es en la corteza donde se concentran los aromas y si introducimos una rodaja de limón, el zumo, al ser ácido, va a provocar que se evaporen mucho más rápidamente las burbujas de la tónica y no queremos eso, estamos hablando de un trago largo. Y nada de añadir zumo de limón.
En este sentido he oído al gran Sergio Fernández incluir, en lugar de la corteza, una hoja de limonero troceada. No lo he probado, ¿vosotros?.
¿Por qué corteza?. Bien, según los más puristas lo ideal es utilizar corteza de limón y NO una rodaja de limón, pues es en la corteza donde se concentran los aromas y si introducimos una rodaja de limón, el zumo, al ser ácido, va a provocar que se evaporen mucho más rápidamente las burbujas de la tónica y no queremos eso, estamos hablando de un trago largo. Y nada de añadir zumo de limón.
En este sentido he oído al gran Sergio Fernández incluir, en lugar de la corteza, una hoja de limonero troceada. No lo he probado, ¿vosotros?.
Incluimos ahora la ginebra, ¿cual?, pues una buena, a mi me gusta mucho la Beefeater y ya puestos la Beefeater 24. A otros os puede gustar la Tanqueray o una ginebra más aromática, como la Bombay. Pero bueno, cualquier ginebra buena vale, id probando.
Con la tónica pasa lo mismo, a mi elegir Schweppes me parece el valor seguro, ahora se han puesto de moda un montón de marcas diferentes que nos llegan principalmente de Gran Bretaña, id probando también, pero ojo, nunca, bajo ningún concepto, os pidáis un gin-tonic elaborado con Nordic, una tónica sin gas y sin personalidad alguna, es como una tónica buena que dejas abierta un par de días en la terraza.
Por favor, la tónica siembre muy fría.
Por favor, la tónica siembre muy fría.
Y finalmente, ¿dónde tomarlo?, donde te lo pongan bien o en tu propia casa. Un sitio estupendo en Madrid es el Bristol Bar (gracias Ruth por descubrírnoslo), es un sitio dónde dispones de una increíble carta de ginebras y otra de tónicas y lo que es mejor, con las sugerencias de combinaciones más adecuadas y encima te lo puedes tomar en un salón decorado al más puro estilo british bajo el retrato del mismísimo Sir Winston Churchill. ¿Tiene algo malo?, hombre, el precio, pero preferimos pagar un poco más por un trago largo bien servido, porque si algo tiene el gin-tonic, es que o me lo sirven bien o no lo quiero, ¿verdad?.
Me parece un perfecto resumen de una forma infalible y clásica de probar gin tonic! Muchas gracias por compartilo. Además de las ginebras que mencionas, algunas de las que van apareciendo últimamente merece la pena probarlas, por ejemplo Bulldog, y una ya clásica que se llama Fifty Pound. Muy de acuerdo con el tema tónica: es un valor seguro y en alza, combina perfectamente con la mayoría de las premium!
ResponderEliminarExcelente historia y resumen de un buen Gin.
ResponderEliminarPues últimamente me hago Gin Tonic`s para estos días de calor... que como sabrás, en el Caribe casi son todos los días, jajajaj
Vamos, que me estoy poniendo las botas! Y no se si es la práctica o genes familiares, pero me dicen, que hago el mejor Gin Tonic de la ciudad!!! :D
A ver cuándo lo publico.
Un abrazo,