La Moncloa de San Lázaro

MONCLOA DE SAN LAZARO.

C/ Cimadevilla, 97.

24450 Cacabelos, León

Telf: 987 54 90 56

web: http://www.moncloadesanlazaro.com/

Calificación: ¡¡5 GUINDILLAS!!

¡Pues resulta que nuestro segundo 5 GUINDILLAS! no se ha hecho esperar mucho. Bueno, en este caso estaba cantado, conocemos este restaurante desde hace mucho tiempo y le tenemos un cariño especial. 

Aprovechando nuestro viaje a tierras bercianas en esta reciente Semana Santa volvimos a visitar este lugar y nos lo encontramos… ¡como siempre! y eso, hablando de un lugar que intenta transmitir tradición y terruño es justamente lo mejor que se puede decir.

De hecho, aunque sólo estuvimos cuatro días, le hicimos dos visitas (jejeje… no pudimos evitar la tentación), una para comer y otra, al día siguiente como parada a media mañana mientras nos dábamos un “paseo” de 26 kilómetros entre Ponferrada y Villafranca del Bierzo. Por que ese es uno de los muchos atractivos de este local, el hecho de que está, literalmente, en el Camino de Santiago.

Cuando vienes desde Ponferrada, antes de llegar a Cacabelos, atraviesas campos de viñedos, justo a la entrada te encuentras con la sede de la D.O. Bierzo y tras bajar una cuesta comienza la entrada en la población y a muy pocos metros está la Moncloa de San Lázaro, dónde siempre encontrarás peregrinos dispuestos a hacer un agradable alto para tomarse algo en su patio arbolado, o en la primera planta, en la terraza, que es dónde estuvimos nosotros, al lado, un salón dónde se celebran cociertos (¡ah!, ¡que todavía no os he dicho que además de restaurante es una tienda de productos del Bierzo, un hotel, una galería de arte y salones de celebraciones!). Nosotros tuvimos la suerte de que en aquel momento, una niña se puso al piano y con una maestría increíble nos amenizó la estancia a todos. Recuerdo que a mi lado había una pareja de peregrinos ingleses de no menos de 60 años, en un momento dado la niña interpretó “The house of the rising sun” ¡y el hombre se echó a llorar de emoción!.

Bien, vamos al grano que me lío y no acabamos nunca.

El local:

El local es espectacular, no tengo palabras y las imágenes no hacen justicia, no pude hacer muchas fotos del interior y fuera llovía. Lo mejor, sin duda, es que lo visitéis.

Se trata de una edificación antigua adaptada a las necesidades actuales. Nada más entrar al patio empedrado, vemos a la derecha una tienda de productos del Bierzo, enfrente, una sala de exposiciones y en el propio patio unas mesas dispuestas cuando el tiempo lo permite.

En la planta baja está el restaurante propiamente dicho (lleno hasta reventar el Viernes Santo). Decorado de una forma absolutamente rústica, con madera y piedra como elementos básicos. Muy agradable y muy cómodo.

Siempre verás peregrinos, turistas, lugareños y oirás hablar muchos idiomas en sus salones.

El servicio:

Fantástico. Siempre sonrientes, rápidos pero sin agobios, cercanos. En fin, siempre nos ha ido de maravilla.

La comida:

Lo cierto es que la carta no es muy extensa, pero como quiera que no vamos muy a menudo, para nosotros no es un problema.

Está elaborada partiendo de la premisa de servir sólo productos tradicionales en el Bierzo (de ahí que no sea muy extensa) y servidos también de un modo muy tradicional.

Ojo con lo que pedís, el tamaño de las raciones es más que generoso, no tenéis más que ver en las fotos como eran el Congrio y el Botillo que nos zampamos.

Además del congrio y el botillo, Pendiente de Diagnosticar se pidió un “Caldo de vendimia” (el día lo aconsejaba, hacía frío y llovía) y además una pequeña ensalada para ayudar con el botillo.

De postre, una tarta de castañas para compartir y un café y licores a los que nos invitaron.

¿Qué bebimos?, pues vino del lugar, concretamente un Tilenus crianza. Cuidadín con el vino, cuando te sientas te dan una carta (bueno, más bien una madera) y allí aparecen algunos vinos, pero no son ni mucho menos todos los que están, así que si queréis ver todos los vinos de que disponen, tendréis que pedir la carta de vinos aparte. Digo cuidado porque mucha gente, al ver unas referencias en la carta normal, supone que no tienen más, y sí, si que tienen una correcta selección de vinos del Bierzo.

A destacar:

El local.

El servicio.

La comida.

A mejorar:

Pues me cuesta mucho decir algo malo de este lugar, me cuesta muchísimo. Quizá me gustaría que fuera un poco más barato, pero lo compensa con creces lo a gusto que estoy allí y el tamaño de las raciones. Quizá me gustaría que pusieran las medias raciones más baratas, porque hay mucha diferencia con la mitad del precio de la ración entera.

Resumen:

Es un lugar absolutamente recomendable si te gusta la cocina tradicional. Pero ni siquiera es necesario que vayas a comer, si estás cerca pásate, siéntate en su patio en una tarde de verano y tómate una cerveza mientras escuchas música y luego pásate por su tienda, ¡seguro que compras algo!.