La tomatera o planta productora del tomate (Solanum lycopersicum) es una solanácea procedente de Sudamérica y que hoy se cultiva en todo el mundo y en todas las estaciones. Es una planta típica del verano y precisa de una temperatura entre 30ºC de máxima y 12ºC de mínima, un grado de humedad relativa entre el 60 y el 80 % y muy buenas condiciones de luminosidad, no es exigente en cuanto a la calidad del suelo con tal de que tenga un buen drenaje.
La baya de esta planta es el tomate, que es muy coloreada y adquiere colores que van desde el amarillo al rojo debido a los Pigmentos licopeno y caroteno. Su sabor es ligeramente ácido.
Lo trajeron los descubridores españoles procedente de Tenochtitlan, capital azteca, donde le llamaban Xitomati, que significa planta con ombligo.
Los españoles comenzamos a cultivarlos en el Caribe y desde allí, poco a poco, fuimos extendiéndo su consumo a lo largo de los siglos XVI y XVII. Parece ser que fue en el sur de España el primer lugar dónde se utilizó el tomate de forma generalizada en la cocina (ahí están los gazpachos, porras, salmorejos y ensaladas), desde aquí, su cultivo se trasladó a Italia, aunque allí, en un primer momento, se utilizó como planta ornamental.
Como anécdota contaros que los primeros tomates cultivados en Europa fueron los amarillos, de ahí que la palabra para designarlos en Italiano sea "pomo d'oro" (manzana dorada).
Los buenos tomates son suaves, aromáticos y bien formados. La peor época para el tomate es el invierno. Los tomates de invierno casi no tienen color, textura ni sabor, antes se decía que era el momento de consumirlos enlatados.
Posee fotoquímicos y antioxidantes que lo hacen buenísimo para nuestra salud. Se recomiendan para protegernos de enfermedades cardiovasculares, ayudan a mantener la memoria, disminuyen el riesgo de cáncer y enfermedades del aparato urinario.
Tiene muy pocas calorías siendo sus principales componentes el agua y los hidratos de carbono, también posee azúcares y ácidos orgánicos, nos proporciona potasio, magnesio, vitaminas B1, B2, B5 y C. El licopeno que necesitamos lo obtenemos fundamentalmente del tomate y algo de la sandía. El licopeno aumenta con la maduración, lo tienen en mayor cantidad los tomates cultivados en verano y al aire libre. En los tomates de invernadero las cantidades disminuyen al igual que ocurre con los que se recolectan verdes y maduran en el almacén. La ingeniería genética ha conseguido incrementar el contenido de licopeno pero nunca igualando a la naturaleza.
Los tomates de hoy duran infinitamente más comparados con los de hace 50 años pero se ha conseguido a costa de perder propiedades. Se recolectan verdes y se maduran con etileno, tienen poco sabor, prácticamente han perdido el aroma, una textura que recuerda al plástico y son más rosas o anaranjados que rojos.
Con el tomate bien se puede decir que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Y para finalizar unos consejos culinarios:
- Para que cojan mejor sabor guárdalos a temperatura ambiente, maduran entre 12 y 30 grados, no los deje al sol. Si los pone en una bolsa de papel junto a fruta madura, recomendamos manzanas, maduran muy bien. La fruta madura desprende gas etileno.
- Para pelarlos: Que si los cuezas, que si los escaldes, que si les hagas unos cortes, lo último que me han aconsejado, ponerlos en el microondas, nada de nada puede con la actual textura dura y plástica de los tomates, yo paso de todos estos métodos y uso un cuchillo de cocina, muy afilado, procediendo como si pelara una manzana o pera y esmerándome en que la piel salga lo más fina posible.
- De cualquier forma TU SIGUE CONSUMIENDO TOMATES, no sea que tengas que recurrir a la farmacia.
¿Que culpa tiene el tomate?
ResponderEliminarQue lo cojan de una mata,
lo pongan en una lata,
y cobren un disparate.
¿Que culpa tiene el tomate?
Mi desayuno ideal:pan tostado con aceite y un a buena capa de tomate rayado por encima. Y si ese día tengo jamón desayuno de reyes
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