C/ Ortega y Gasset 75.
Teléfono: 914018252
Precio: 50€
Calificación: 4 Guindillas
¿Qué hace que un restaurante nos parezca mejor que otro cuando su cocina nos ha dejado satisfechos?, ¿el servicio?, ¿la decoración?, ¿el precio?...
Indudablemente todos estos factores ayudan y en casi todos ellos puntúa alto Gasset 75. Pero vayamos por partes.
El local:
Se trata de un espacio decorado con mucho gusto en un tono monocromático y con unas mesas elegantemente vestidas. Sobre las paredes hay fotos con imágenes de lugares emblemáticos de Madrid y referencias cinéfilas.
A la entrada hay una barra en la derecha, mesas y sillas altas dónde degustar una carta de raciones realmente interesante.
Hay más espacio en las plantas superiores, pero nosotros nos quedamos en la planta baja, en un coqueto reservado.
La carta:
Si hasta ahora nos había gustado la estética, ahora hablaremos de la ética, es decir, de la comida. Hace algún tiempo proliferaron por Madrid multitud de novedosos restaurantes con cartas pobladas de reducciones, espumas y en general títulos largos evidentemente influenciados por los grandes espacios gastronómicos de este país. Lamentablemente en demasiadas ocasiones un título largo no hace un plato memorable.
Los tiempos han cambiado y ahora lo que abundan son los restaurantes con cocina “de mercado”, es decir, con toques más tradicionales, con guisos y platos de cuchara adaptados a la temporada. Y eso es precisamente lo que encontraréis en la carta de Gasset 75.
Pero esta carta merece alguna reflexión más. Hay que destacar la gran variedad de entrantes, el hecho de anunciar un “chuletón de vaca vieja” (y es que me parece estupendo que hablen de vaca vieja y no nos den vaca por buey, como en muchos otros sitios) y, sobre todo, un muy buen detalle, que consiste en la posibilidad de pedir medias raciones sin sobreprecio, es decir, exactamente a la mitad de precio que la ración entera.
Por último me gustaría comentar que en la carta aparecen platos con un gran abanico de precios, podremos ajustar nuestro presupuesto o darnos un homenaje degustando unas kokotxas de merluza al pil-pil o un steak-tartar, esta vez sí, de auténtico buey, eso sí, a un precio a tener en cuenta.
Los vinos:
Diremos que la carta de vinos nos pareció muy adecuada, con muchas referencias de muchas zonas diferentes, por ejemplo, nosotros nos decantamos por un vino de Madrid, un Finca Regajal 2010 que acompañó perfectamente nuestra cena. Sin embargo, he de criticar la exigua cantidad de vinos rosados (sólo había dos) y es que parece una constante en los últimos tiempos, cada vez me encuentro menos vinos rosados en las cartas, no lo entiendo, ¿no tienen salida?.
La comida:
Nos decantamos por una media ración de cocochas de ibérico que aparecieron acompañadas de avellanas que daban un toque crujiente.
También degustamos unas zamburiñas muy delicadas.
En cuanto a los platos principales, nos decantamos por un delicioso rodaballo al horno y, sobre todo, unas espectaculares perdices estofadas con higos, ¡impresionantes!.
Para terminar degustamos una bomba de chocolate, un coulant con helado realmente delicioso y ligero. Fue un broche perfecto para esta estupenda cena.
A destacar:
La variedad de la carta, el servicio, la decoración, el ambiente y la posibilidad de pedir medias raciones sin sobreprecio.
A mejorar:
Pequeños detalles como los pocos vinos rosados disponibles y sí, el precio.
Wow, this looks awesome, a very healthy one too..nice restaurants
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