Dándole vueltas a la idea de hacer unos garbanzos fritos que fuesen agradables de comer y no como esos que aparecen en los cócteles de frutos secos (y que según acordamos fueron idea del mismo sujeto que inventó las peladillas), me encontré con esta receta en un antigua colección de entrantes que andaba por casa y me puse manos a la obra.
Y resulta que el resultado es un apetitivo superfácil y muy resultón, ideal para compartir con amigos.
Ingredientes:
- Garbanzos secos.
- Aceite para freir.
- Pimentón dulce.
- Pimienta de cayena.
Elaboración:
1.- Ponemos en remojo los garbanzos la noche anterior.
2.- Los escurrimos bien y los dejamos bien sequitos.
3.- Ponemos abundante aceite a calentar en una cacerola y cuando esté caliente (pero no demasiado) echamos los garbanzos y freímos durante unos tres minutos.
4.- Los sacamos con una espumadera, dejamos enfriar un poco y volvemos a repetirlo dos veces más.
5.- Escurrimos sobre un papel de cocina.
6.- A la hora de servir añadimos pimentón dulce y pimienta de cayena sobre los garbanzos calientes, removemos.
Consideraciones:
Hay que freirlos por tandas, porque si los dejamos en el aceite, pueden reventar y os aseguro que pueden llegar muuuy lejos, si queréis tapar el cazo para mayor seguridad.
Servir calentitos o tibios.
¡que originales¡¡¡Nunca los he comido así
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