domingo, 30 de septiembre de 2012

Heineken, Crack the case


Es domingo por la tarde, ¿te aburres?, ¿sí?, ¡pues juega con nosotros, con Heineken y con la nueva peli de James Bond!


viernes, 28 de septiembre de 2012

El Jamoncito de Arganzuela cumple 10 años



Algunos aniversarios suponen algo más que un mero cumpleaños.

Ya conocisteis en nuestro programa en Canal Cocina a nuestros amigos de El Jamoncito de Arganzuela, pues bien, esta coqueta tienda, ha cumplido ni más ni menos que 10 años.

Y para celebrarlo, Elena y Santi montaron un evento por todo lo alto, porque tal y como pintan las cosas últimamente, celebrar una década de dedicación al cliente basándose en el producto de la más exquisita calidad, hay que festejarlo.




Para la ocasión unos cuantos privilegiados tuvimos el honor de acompañar a la familia, que montó “la mundial” para regocijo de clientes y vecinos.

¡Ni más ni menos que 60 botellas de champagne! amenizaron el evento, animado con música, y bandejas de mortadela, queso, lomo y jamón que no paraban de desfilar entre los afortunados asistentes. Pero entremos en detalles.

¿Sabéis que es un cerdo Mangalica?, ¿no?, pues os lo contamos. Resulta que se trata de una raza porcina autóctona de Hungría y que tienen lazos “familiares” con nuestro cerdo ibérico. Pues bien, el jamón y el lomo de este cerdo fueron los protagonistas del evento. ¿Qué que tal resulta?, pues magnífico. Os aseguro que no notaríais la diferencia con nuestros mejores jamones hispanos.



Jamón de Mangalica


Pero, hubo muchas más cosas, sobre todo celebraciones entre amigos, felicitaciones, ¡Hasta un photo call! deseos de continuar con un trabajo bien hecho, porque sí, porque lo digo y lo mantengo: en la vida, en el trabajo, en los negocios que van bien no hay mayor secreto que el esfuerzo, el trabajo, la dedicación e incluso la pasión por hacer las cosas bien. No, mejor dicho, ¡muy bien!.

¡La máquina tenía 100 años y funcionaba mecánicamente!

Desde aquí, desde este humilde espacio, el equipo guindillero os desea muchísimos más años de éxito basado en el trabajo, en el respeto al producto y, sobre todo, la dedicación al cliente.


Feliz cumpleaños.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Estambul (I)



Eran las 02:30 h. Sí, las dos y media de la mañana, cuando llegamos al aeropuerto internacional de Atatürk (un nombre, el de Mustafá Kemal Atatürk omnipresente en Turquía y por extensión en Estambul).

Habíamos salido de Madrid, ya ni me acuerdo a qué hora, haciendo escala en Frankfurt, es lo que tiene buscar las combinaciones de vuelos más baratas ;).





Lo primero que hicimos fue cambiar nuestros euros por liras turcas, os lo recomiendo, podréis pagar con euros en todos los lugares de Estambul, pero seréis irremediablemente timados, así que haceos con la moneda local, no tendréis problemas porque la ciudad está llena de bancos y casas de cambio. Por cierto, también hay un montón de cajeros automáticos, perdón, un montón no, ¡en mi vida he visto tantos cajeros!.

Buscamos un taxi y pusimos rumbo al hotel al que habíamos avisado de nuestra intempestiva hora de llegada (por cierto, los taxis son amarillos y el 99% Fiat), el hotel Ahmet Efendi Evi, un lugar pequeño y coqueto del que sólo puedo hablar bien y recomendároslo fervientemente.

El taxi se desplazó por la inmensa ciudad, a la derecha el mar, a la izquierda las antiguas murallas de Costantinopla, anteriormente llamada Bizancio.

Atravesamos las murallas para adentrarnos en el barrio de Sultanahmet, en la zona de Cankurtaran, la primera impresión fue… ¡alucinante!, estábamos en la parte más antigua de una de las ciudades más antiguas de Europa, las calles estrechas y adoquinadas y las casas de madera con el aspecto de ir a derrumbarse en cuestión de minutos.


Nos esperaba el dueño del hotel, al que apodé “el hombre que nunca duerme” y nos dispusimos a ocupar nuestra habitación con vistas a la calle y a dormir un poco antes de adentrarnos en la ciudad por la mañana.

¿He dicho dormir?, madre mía, no sé a qué hora ocurrió, bueno sí, al amanecer, pero no sé a qué hora amaneció. Estaba profundamente dormido cuando de repente el sonido por los altavoces de la llamada a la oración me hizo dar un bote en la cama, ¡casi clavo las uñas en el techo!, madre mía, ¡estábamos a 50 metros de una mezquita con altavoces!.

En fin, con apenas 3 horas de sueño bajamos a desayunar. Los espacios en el hotel están realmente aprovechados, así que el hall es salón, estar, zona de desayunos, cocina, lavadora… ¡de todo! y allí, en compañía de unos jubilados ingleses tuvimos nuestro primer contacto con la cocina turca a través de sus incomparables yogures, ¡que cosa más deliciosa!. Lo dicho, tras dar buena cuenta de un delicioso y saludable desayuno a base de fruta, yogur, pan y café pusimos rumbo al meollo. Nuestra primera parada: Santa Sofia.


Santa Sofía

Por suerte para nosotros estábamos apenas a 200 metros de la plaza de Sultanahmet, en uno de cuyos extremos se encuentra la Mezquita Azul y en el otro Santa Sofía. El barrio de día cambia bastante, hay infinidad de hoteles realmente bonitos y que han servido para rehabilitar edificios que de otra manera no sé si habrían sobrevivido, porque lo que no son hoteles, son casas que se caen a cachos, la que teníamos enfrente la creí abandonada, ¡le faltaban ventanas!.

Casas en el barrio de Sultanahmet

Un consejo, al lado de Santa Sofía hay una furgoneta de la policía local dónde se venden unas tarjetas para acceder a muchos de los más típicos lugares turísticos de la ciudad sin necesidad de hacer colas en los tornos (y os aseguro que hay muchas colas), así que haceros con estas tarjetas, os ahorraréis mucho tiempo, cuestan 72 liras turcas, algo más de 30 euros.

Que deciros de Santa Sofía es mucho más hermosa de lo que parece en las fotos, nada le hace justicia, su tamaño, su belleza son difícilmente explicables si no lo ves con tus propios ojos.






Tras la visita a la gran basílica y con el calor apretando, hicimos una parada en un hermoso jardín de un hotel que está ahí al lado, el “Secret garden”, dónde nos tomamos una cervecita turca “Efes”, digamos… correcta y me comí mis primeros pistachos turcos, una constante el resto del viaje.



Ahora tocaba visita a uno de los monumentos más peculiares de la ciudad, la llamada, basílica cisterna. No es ningún templo, es la antigua cisterna bizantina, que dejó de utilizarse en época otomana y ahora es una gran atracción turística.

La visión es fantasmagórica, un lugar bajo tierra con cientos de columnas sobre un suelo de agua lleno de peces gordos alimentados por los turistas y que dan bastante repelús. A mi me pareció el escenario ideal para una película coreana de peces mutantes del tamaño de un autobús que atacan a un grupo de desprevenidos turistas canadienses.

Otro consejo: como este lugar está bajo tierra, la temperatura es fresquita y constante, por lo cual lo recomendable es visitarlo a las horas que haga más calor en la calle.


Los alrededores están plagados de restaurantes y cafés, pero no os los recomiendo, son lugares para turistas con precios muy inflados.

A continuación visitamos la famosa Mezquita Azul, una enorme mezquita dotada de 6 minaretes y de miles de turistas.






Al lado de la mezquita se encuentra el antiguo hipódromo, del que no queda casi nada más que el espacio, que se ha convertido en una populosa plaza dónde decenas de vendedores preparan mazorcas de maíz y castañas asadas, así como zumos de naranja o granada elaborados en el momento y realmente deliciosos.

El día estaba siendo intenso, pero aún nos quedaban muchas cosas que hacer, al fin y al cabo sólo íbamos a estar tres días en Estambul y queríamos verlo TODO, así que como buenos turistas a continuación fuimos al famosísimo Gran Bazar… ¿he dicho gran?, otra vez el nombre no hace justicia, no es grande, ¡¡es inmenso!!, tiene centenares de locales, calles, tiendas de todo tipo, cafés, etc… en su interior pueden realizarse todo tipo de transacciones comerciales y sí, es el mundo del regateo. Otro consejo, antes de liarte a comprar o regatear intenta informarte del precio en otros lugares de la ciudad y no pretendas engañar a un comerciante turco.


Interior del Gran Bazar


Allí me tomé mi primer café turco, una experiencia no del agrado de todo el mundo, porque es un café sin filtrar. Te preguntarán cuanta azúcar quieres, no se te ocurra pedirlo sin azúcar, en serio, puede ser muy duro.

El café turco te pone las pilas, en serio, es una especie de bomba de cafeína.


¿Alguien puede leerme el futuro?

Tras hacer unas compras (pocas) hicimos otra parada en un bonito café del interior del bazar para degustar… no, no es la palabra, ¡difrutar!, del dulce más típico, el Baklava y de una bebida típica en Turquía digamos que… peculiar, se hace a base de raices de orquídeas y se bebe caliente (es típica en invierno), tiene el aspecto de una horchata grumosa y sabe extremadamente dulce. Se aromatiza con canela.



Hora de buscar el otro bazar famoso, el de las especias, lugar, este sí, absolutamente atestado de gente, olores y productos alimenticios. Especias, quesos, carnes ahumadas, en fin, ¡una locura!.




Estábamos cansados, pero queríamos ver más cosas, así que nos dirigimos hacia el populoso puente de Gálata, que sirve para unir la ciudad antigua con el barrio de Gálata atravesando el Cuerno de Oro y utilizado a diario por cientos de miles de personas. Esto si que es una experiencia curiosísima. En los bajos del puente hay decenas de restaurantes de pescado y en sus laterales ¡centenares de pescadores!.



En el otro extremo, en Gálata, hay un pequeño mercado de pescado al aire libre y con algún restaurante, merece la pena darse una vuelta por allí, lo de comer algo ya lo dejo a vuestra elección.



Llegaba el momento de volver al hotel y así lo hicimos, paseando y atravesando a pie toda la parte antigua de la ciudad.

En el otro extremo, en la Avenida Kennedy, a cinco minutos andando del hotel, hay un restaurante apoyado en las auténticas murallas de la ciudad. Es un propiedad del ayuntamiento de la ciudad y el único de la zona donde comer a un precio contenido, el pero es que el servicio es “pelín” lento, pero una experiencia recomendable para aproximarse a los platos más típicos y sencillos de la cocina turca. De hecho, la mayoría de los comensales eran lugareños. Por cierto, en este lugar no se vende alcohol.

Una curiosidad, es muy típico que en los restaurantes te sirvan agua mineral sin incluirla en el precio y en raciones individuales. Digamos que el envase es el vaso.


Allí disfrutamos del Haydari, de verduras asadas, lubina y cordero a la barbacoa y de postre otro de los famosos dulces turcos.



Y regresamos al hotel, era pronto, pensaba que esa noche iba a dormir mucho y a pierna suelta, pero…

¡La casa de enfrente estaba habitada!, ¡y mucho!, de hecho una gran familia turca había sacado los sofás a la calle y estaban de cháchara en medio de la calle… y la cháchara no terminó hasta pasada la una de la madrugada, momento en que volvieron a meter el sofá en casa, en la casa de los cristales rotos.




Nuestros vecinos

martes, 25 de septiembre de 2012

Pan de pipas y semillas de hinojo



Alguna vez he comentado que este blog tiene alguna deuda con los panes y masas en general, pero como somos muy valientes y nos atrevemos con todo, vamos poniéndonos al día con estas asignaturas y hoy, la gran Tsatsiki Chef , nos trae un pan muy curioso y sencillo con el que os aseguramos un triunfo en la mesa.

Después de este post no quiero que nadie diga que le sigue dando miedo hacer pan, con pocos ingredientes y electrodomésticos que todos tenemos en casa es posible disfrutar de nuestro propio pan y eso es un verdadero placer.




Ingredientes:

  • 125 gr. de harina.
  • 20 gr. de levadura fresca.
  • 30 ml. de agua.
  • 75 ml.de leche.
  • 1 cucharada (sopera) de AOVE.
  • Un huevo.
  • Sal.
  • 100 gr. de pipas de girasol peladas.
  • Una cucharada (sopera) de semillas de hinojo.



Con estas proporciones me salieron seis bollos

Elaboración:

1.- Diluimos la levadura en media taza de leche templada para activarla. Añadimos una cucharada de harina y dejamos que doble su volumen.



2.- Entre tanto mezclamos en un cuenco la harina, el huevo, la sal, el resto de la leche, las pipas y el hinojo.


3.- Incorporamos la levadura y amasamos hasta que esté todo bien ligado. Tapamos el bol con film de cocina y dejamos que repose en un sitio cálido hasta que doble su volumen.



4.- Sacamos la masa y la amasamos un poco más, hacemos bolitas pequeñas y las ponemos sobre papel de horno. Las pintamos con huevo y las horneamos a 180ºC (horno precalentado) unos 20 minutos.









Pan-de-pipas-y-semillas

domingo, 23 de septiembre de 2012

Haydari



Ni una semana ha pasado desde nuestro maravilloso viaje a Estambuldel que ya os daremos cuenta. Ni que decir tiene que es una ciudad maravillosa, pero más allá de su historia, ir a Estambulsupone descubrir la increíble gastronomía turca, de la que, también, os iremos dando cuenta.

El caso es que ya conocíamos muchas de las especialidades de la cocina turca, pero, fíjate tu por dónde, esta no la habíamos probado nunca, ni sabíamos de ella, ¡y mira que es fácil y está rica!. El único problema es que no tengo ni idea de dónde conseguir yogures turcos, que son, con mucho, los más ricos que he probado en mi vida, en su defecto podéis utilizar yogures griegos, pero no, no es lo mismo.






Ingredientes:

  • 2 Yogures turcos (o en su defecto griegos).
  • 1 Diente de ajo.
  • Un ramillete de menta.
  • Un ramillete de eneldo.
  • Ralladura de lima.


Elaboración:

1.- Mezclamos los yogures con las hierbasmuy finamente picadas y con el diente de ajorallado y dejamos enfriar en la nevera al menos una hora.

2.- En el momento de servir, rallamos un poco de lima por encima (esto es añadido nuestro).




Consideraciones:

En ocasiones se acompaña de pepino picado, por lo que el resultado final se asemeja muchísimo (en sabor) al famoso tsatsiki, pero siendo infinitamente más fácil de elaborar.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cenas tempraneras con premio en La Antoñita



¿Sois de los que gustan de ir pronto a la cama?, ¿preferís los horarios europeos y os gusta cenar pronto?, ¿a causa de la crisis habéis prescindido de la comida a medio día?, ¿os gusta merendar tarde?...

Sea cual sea vuestro caso, estáis de enhorabuena, porque los chicos de La Antoñita, premian a los madrugadores (o a los que comen muy tarde) y, hasta el 31 de octubre, si decís que vais de parte de ¡Con un par de guindillas!* y acudís entre las 20:00 y las 20:30, obtendréis un 20% de descuento en la factura final.

* La verdad es que si no lo decís, también os lo hacen, pero bueno, ya que estamos, nos hacemos un poco de publicidad J.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Vuestras cocinas: Salmorejo cordobés (Paco y Esther)



En esta ocasión, Paco(cordobés de pura cepa) y su mujer Esther, son los protagonistas de nuestra sección “Vuestras cocinas”, en la que vosotros, sí, vosotros, nuestros seguidores, os convertís en protagonistas de este espacio a través de vuestras elaboraciones.

Si quieres, como Pacoy Esther, aparecer por aquí y presumir de vuestro arte entre los fogones, no tienes más que escribir un correo electrónico a capitanrabano@gmail.com en el que nos cuentes la receta (ingredientes y elaboración) y adjuntes, al menos, una imagen de la receta finalizada.

¡Os dejo con ellos!.




Este es uno de los platos típicos de Córdoba.  Es una crema fría de tomate y pan muy sabrosa, fácil de elaborar y constituye la base del gazpacho. Como toda receta que se cocina en frío es esencial que la materia prima sea de la mejor calidad.

Ingredientes (para 4-6 personas).

  • 1 Kg. de tomates maduros de la huerta del valle del Guadalquivir (tipo pera, en rama, caramba o anairis).
  • 200-250 gramos de pan de telera cordobesa asentado (del día anterior). También podemos utilizar cualquier otro candeal que encontremos en tahona (colón, pinzón, “picao” andaluz, etc).
  • 150 dl. de aceite de oliva virgen extra (por supuesto D.O. Baena).
  • Vinagre de vino; si bien en la receta de la “Cofradía Gastronómica del Salmorejo Cordobés” no se incluye, yo siempre lo he comido y elaborado con él.
  • Sal.
  • 1 diente de ajo (como no de Montalbán).
  • Agua, la cantidad dependerá de la consistencia que le queramos dar a la crema desde que permita que se pinche un tenedor y quede en pié a que hagamos un gazpacho.
  • Jamón picado, huevo duro (preferentemente de codorniz), tomate crudo picado se emplean como guarnición.



Elaboración.

1.- Sumergir el pan en agua fría y escurrir para eliminar el exceso.

2.- Se mezcla con el resto de los componentes y se trituran en mortero o se baten hasta que quede una masa más o menos homogénea (en función de la consistencia deseada se añadirá más agua o más pan).

3.- Se deja reposar unas horas en nevera con lo que la mezcla de los sabores de los ingredientes se hace mucho más apetecible. Puede ser interesante eliminar el germen del ajo para que no quede demasiado fuerte.

Nota: Queda bajo pena de excomunión y/o ejecución sumaria el añadir cominocomo condimento. Tampoco se añade huevo batido y/o cocido.

Presentación.

Sacamos el salmorejode la nevera un ratito antes para que se atempere y se sirve bien en plato hondo o cuenco. Como acompañamiento se la añade por encima huevo cocido picado o huevos de codorniz cocidos enteros, jamón en taquitos o cortado en julianay tomate crudo también picado regados con un buen chorro de aceite de oliva. Se come con cuchara o mojando trozos de pan pinchados en un tenedor. También se puede tomar como salsa de aperitivo mojando patatas o berenjenas fritas), sobre una tosta, etc.



Variantes.

Según añadamos o quitemos algún ingrediente podemos obtener diferentes texturas y sabores y, es más otros platos:

1.- Si quitamos el tomate y añadimos algunas almendras crudas picadas obtendremos la “mazamorra cordobesa” que es el origen precolombino del salmorejo. Era un plato que hacían los recolectores de aceituna en la época romana, los andalusíes tan sólo le cambiaron el nombre, y tras el descubrimiento de América se le añadió tomate pasando a ser nuestro protagonista.

2.- Si añadimos unos 100 gramos de pimiento cuerno de cabra (o en su defecto italiano), quitamos el vinagre y trituramos en vez de batir obtendremos el “arranque roteño”.

3.- Si tan solo añadimos el pimiento obtendremos la “porra antequerana”.

4.- Si añadimos unos 150 gramos de pimiento Lamuyo rojo, 150 gramosde pimiento cuerno de cabra y el vinagre es un aceto balsámico tendremos el “salmorejo a mi gusto”.