domingo, 11 de agosto de 2013

Emperador al pesto de almendras



Por Tsatsiki Chef.

Comer emperador es una forma muy cómoda de consumir pescado, pues se muestra en grandes porciones sin espinas, pero a la vez puede perder gran parte de su atractivo si lo convertimos en algo monótono, pues podemos caer en la “costumbre” de elaborarlo siempre de la misma forma.


Hoy no, hoy nuestra gran Chef nos muestra una forma diferente (muy diferente) de cocinar este gran pescado y de enriquecerlo, nada más y nada menos, que con un pesto de almendras.



Ingredientes:





Preparación:

1.- Desmenuzo el pan y lo pongo en un cuenco con el vinagre. Dejo al menos 15 minutos, que empape bien. 

2.- Pelo la patata, la parto en rodajas y la cuezo durante 10 minutos en agua salada. La escurro y reservo.


3.- Lavo el perejil y lo pico con una tijera. Pelo el ajo y lo pico muy finito. Pongo en el mortero un poco de sal, y agrego el perejil, el ajo, un poco de pimienta y las almendras, y lo majo todo bien.


4.- Escurro el pan empapado en vinagre y lo añado a la mezcla. Agrego la patata cocida, amalgamo bien con un tenedor y voy añadiendo AOVE.


5.- Salpimiento el pescado, lo pinto con AOVE y lo aso en una parrilla bien caliente, unos dos minutos por cada lado. Cuando estén hechos los coloco en el plato, los cubro con el pesto y los sirvo calientes.



Esta salsa también la va bien al mero y al atún, pero yo tengo debilidad por el 


sábado, 10 de agosto de 2013

Huevos en cocotte con jamón y champiñones



Huevos en cocotte con jamón
Por Tsatsiki Chef.

¿Habéis desayunado ya?, ¿no?, pues entonces aún estáis a tiempo de elaborar estos maravillosos huevos en cocotte y si no tenéis cocotte, en alguna cazuelita, el caso es prepararlos porque se os van a saltar las lágrimas si os coméis esto por la mañana y os aseguro que el resto del día será maravilloso y si no lo es, sólo tendréis que recordar el desayuno para que vuestra cara muestre una sonrisa de felicidad.


¡Buenos días!



Ingredientes:

Para cada cocotte necesitamos
  • 2 huevos.
  • 3 cucharadas de nata líquida.  
  • Sal.
  • Pimienta.
  • Mantequilla.
  • Una loncha de jamón serrano.
  • Unos champiñones laminados.
  • Perejil para adornar.
  • Tiras de pan frito en AVOE o tostado para acompañar.



Preparación:

1.- Pinto el interior de las cocotte con mantequilla ablandada.

2.- Añado la nataSalpimiento.


3.- Agrego los huevos.

4.- Les pongo por encima los champiñones y el jamón (partido en tiras)


5.- Precaliento el horno a 180ºC, y cuezo las cocottes al baño María unos 8-10 minutos; de esta forma la clara queda cuajada y la yema blandita.


6.- Adorno con perejil

7.- Parto el pan en bastones y lo frío con un poco de aceite (o simplemente los tuesto si los quiero más ligeritos). Reservo en papel absorbente.

8.- Se sirven calentitos con uno o dos bastones de pan y un buen café ¡desayuno de campeones!.

Huevos en cocotte con jamon y champiñones


NOTA: Y a partir de la receta básica id haciendo variaciones: cambio el jamón y el perejil por salmón y eneldo, los hago de jamón y queso, pongo sólo los huevos con un queso azul y a veces algo de fruta (pera, plátano….)

jueves, 8 de agosto de 2013

En Babia


Coto de setasAlgunos soñamos con encontrar un lugar en el mundo en el que nuestro espíritu se encuentre en paz. Un lugar en el que, el tiempo que pasemos, sea de la mayor calidad. 

Puede ser una ciudad, puede ser, esto es algo ideal, nuestra casa o puede ser un pequeño pueblo en algún remoto paraje.

La mayoría de la gente que busca un lugar así, jamás lo encuentra.

Nosotros lo hemos encontrado.





Hemos encontrado un lugar en el que la naturaleza está a la puerta, en el que el paisaje y el clima han forjado el carácter amistoso, orgulloso y pausado de la gente que allí habita. Un lugar en el que, simplemente, somos muy, muy felices.

Embalse de los barrios de Luna
El embalse de los Barrios de Luna

Sí, alguno ya lo sabéis. Nuestro sitio, al que esperamos volver cada vez que podamos y en el que, idealmente, me gustaría vivir, se llama Babia y es real. Es más, diré que me gustaría vivir en San Emiliano de Babia y levantarme cada mañana y mirar a la cumbre de Peña Ubiña ver a los potrillos en los pastos que lindan con las casas y criar mastines leoneses.

En el camino hacia Pinos desde San Emiliano

Sí, lo sé, el invierno en Babia es duro. Hace frío, pero sus habitantes saben contrarrestarlo con sus viandas y cuando el tiempo mejora puedes subir a disfrutar del espectáculo de los lagos de Saliencia, ya en Asturias, aunque aquí, aunque haya grandes montañas, los límites fronterizos parecen difuminarse y si bien las gentes de la comarca bromean con sus vecinos asturianos diciendo que cruzan la montaña para secarse los huesos, lo cierto es que es mucho lo que les une, para empezar una historia y una forma de vida milenaria.

Lagos de Saliencia

Ya os hablamos de este lugar, pero es que hemos repetido. Fuimos en el mes de mayo y padecimos una nevada espectacular y volvimos en julio y volveremos en otoño y cada vez que podamos.

Y si alguna vez dejo de escribir durante mucho tiempo no os alarméis, seguramente esté en San Emiliano disfrutando de sus gentes, de su paisaje, de su comida y sí, también de su clima.

Asturias: Somiedo desde el límite con Babia, León.
Asturias: Somiedo desde el límite con Babia, León.

Y puede que me ocurra como esta última vez y comparta mi tiempo de estancia con unos estudiantes de Geología noruegos que vienen a estudiar las rocas y las importantes formaciones de la región y luego disfrutan de una caldereta de cordero en la Casona de Babia para luego tomarse una cerveza en la Cervecería Peña Ubiña servida por el incomparable Piti, genio y figura tras la barra.

No lo dudéis. Si los reyes de León gustaban de perderse entre sus valles es porque sabían ya lo que hacían.

Lago de la cueva
El lago de la cueva

miércoles, 7 de agosto de 2013

Magdalenas de chocolate blanco y nueces




Por Tsatsiki Chef.

Sí, lo sé, estamos en verano, ¡pero no todo va a ser tartar o ensalada!, además, creo yo que cualquier época del año es buena para comerse estas magdalenas.


Nuestra Chef principal las ha elaborado con chocolate blancoporque iban destinadas a unos comensales que no gustan del chocolate “normal”, pero vamos, ni amargo, ni negro ni… en fin, ante estos casos hay que ser proactivo y buscar una solución y esta es de las  buenas, porque tienen una pintaza tremenda.




Ingredientes:

(con estas proporciones a mi me han salido 16)

  • 300 gr. de pepitas de chocolate blanco.
  • 100 gr. de mantequilla.
  • 100 gr. de nueces.
  • 100 gr. de azúcar moreno.
  • 3 huevos.
  • 180 gr. de harina.
  • Una cucharada (de postre) de levadura en polvo.
  • Extracto de vainilla.
  • Sal.

Preparación:

1.- Precaliento el horno a 180ºC.


2.- Derrito la mantequilla y 200 gr. de chocolate al baño María (con cuidado y moviendo mucho, pues el chocolate blanco se quema enseguida).


3.- Parto las nueces en trozos de medio centímetro. Reservo junto con los 100 gr. de chips de chocolate que me han sobrado.

4.- Bato los huevos con el azúcar. Cuando la mezcla esté cremosa y un poco espesa le añado el chocolate y la mantequilla derretidos y la esencia de vainilla.


5.- Mezclo y tamizo la harina con la sal y la levadura. Voy añadiendo cucharada a cucharada a la crema sin dejar de batir. Cuando todo la harina esté incorporada pongo las nueces y los chips de chocolate reservados y mezclo bien.



6.- Reparto la mezcla en los moldes de magdalenas.


7.- Horneo durante 20 min.


8.- Enfrío en una rejilla y a devorar.


lunes, 5 de agosto de 2013

Rape con jamón y salsa de pimientos verdes


Por Tsatsiki Chef.

Rape con jamón o nuestro mar y montaña del día, que, además, lleva un toque personal con unos recortes de alga nori, lo que le da color al plato y más expresión marinera.


No sé que os parece a vosotros, yo creo que es un plato ideal, nutritivo, con presencia y a la vez delicado. Sinceramente, creo que es una gran receta.



Ingredientes:

  • Dos medallones de rape por persona.
  • Dos loncha de jamón serrano por medallón de rape.
  • Dos pimientos verdes italianos.
  • Una cebolla grande.
  • Un vaso (de vino) de vino blanco seco.
  • AOVE.
  • Sal.
  • Pimienta.
  • Alga norien tiras para decorar.





Preparación:

1.- Limpio los medallones de rape y les quito la piel.

2.- Los salo y los envuelvo con el jamón, pinchando un palillo para que al cocinarlos no se abra.



3.- Pelo y pico la cebolla y el pimiento en juliana.



4.Pocho en una sartén con AVOE, sal y pimienta.




5.Cuando la verdura esté lista (unos 25 minutos) agrego el vino, subo el fuego y cuezo dos minutos más.




6.Bato la salsa y la paso por el chino de la batidora. Luego la cuelo con un colador para que quede muy fina.


7.- Aso el rape en una plancha caliente pintada con AOVE (unos tres minutos por cada lado). Quito los palillos y reservo caliente.





8.- Pongo la salsa de pimientos en el plato, encima los dos medallones de rape y decoro con recortes de alga nori en tiritas.

Rape con jamón y salsa de pimientos verdes

domingo, 4 de agosto de 2013

Filete de buey marinado


Buey marinado
Por Tsatsiki Chef.

Si tenemos un buen filete de buey, podemos disfrutar de él sin más elaboración que una buena parrilla o plancha, pero, ¿por qué no darle un toque diferente?.

En esta ocasión vamos a marinar esta carne con una serie de productos que van a proporcionar un sabor intenso, pero agradable y adecuado con aires brtánicos derivados de la salsa Worcestershire, sí, esa salsa que compraste un día para una receta y que ves como te mira desde hace semanas en la nevera porque no le das salida y no se te ocurre qué hacer con ella. ¿Qué tal esta opción?.



INGREDIENTES:

  • Media taza de salsa de soja.
  • Media taza de AOVE
  • El zumo de un limón.
  • Dos cucharadas (soperas) de salsa Worcestershire.
  • Una cucharada (sopera) de ajo deshidratado.
  • Tres cucharadas  (soperas) de albahaca.
  • Una cucharada(sopera) de perejilseco.
  • Pimienta al gusto.






    PREPARACIÓN:

    1.- Pongo todos los ingredientes en el vaso de la batidora y mezclo bien. Reservo media taza de la salsa.




    2.- Con el resto cubro los filetes bien, los tapo, y los refrigero durante al menos ocho horas (moviendo de vez en cuando).

    3.- Aso la carne a fuego medio alto, pintándola de vez en cuando con la marinada reservada para que esté jugosa.



    4.- Sirvo el filete bien caliente.

    Buey marinado

    jueves, 1 de agosto de 2013

    10 cosas que no soporto en un restaurante (I)


    He visto en varias ocasiones y en diferentes blogs esta misma entrada con variaciones en el título, así que yo mismo me he decidido a contar mi versión, por otro lado, bastante coincidente con la de otros colegas.

    Soy un gran amante de los restaurantes. Cuando digo esto lo hago con todas sus consecuencias. Debido a la naturaleza de mi trabajo no me veo en la obligación de acudir a diario a ellos y en casa se cocina todos los días, por lo que para nosotros, acudir a un restaurante nunca es una obligación y forma parte de nuestro más preciado ocio.

    Disfruto muchísimo descubriendo un nuevo local, desde sus platos hasta su decoración, pasando por sus vajillas. En definitiva, para mi acudir a un restaurante es una experiencia hedonista que puede verse comprometida por unos cuantos factores, de los que voy a enumerar los 10 principales. Aunque hoy me limitaré a 5 para no hacer un post demasiado largo




    1.- La carta “desactualizada”: Confieso que me tomo mi tiempo delante de una carta, me gusta leer despacio y hacerme una idea de conjunto, así que, a no ser que vaya a pedir un menú degustación, suelo recrearme en sus distintos platos. No es por perder tiempo, es que me gusta leerlo todo y quiero saber si voy a pedirme un entrante compartido o un primero y un segundo, etc…

    Dicho todo esto, algo verdaderamente frustrante se produce cuando, tras esta práctica y la paciencia de mis acompañantes, se acerca el camarero y se desarrolla un diálogo más o menos en estos términos:

    - ¿Ya saben lo que van a pedir?.
    - Sí, yo quería las alcachofas con cruj…
    - ¡Uy!, las alcachofas se nos han terminado.
    - Ya…, en fin pues entonces me voy a pedir unos mejillones al…
    - Pues no va a poder ser porque hace ya dos semanas que no tenemos mejillones.
    - En fin… Pues me vas a traer los chipirones en su tint…
    - ¿Puede esperar un momento?, voy a preguntar si nos quedan,…

    Cinco minutos después:

    - Lo siento, me dicen que desde el mundial 86 no servimos chipirones, pero tenemos fuera de carta unos percebes
    - ¿A cuanto?.
    - Uy, pues no sé.

    Vamos a ver, si los platos que tenéis en el restaurante no se corresponden con los de la carta, es mejor que pongáis lo que os de la gana, avisando claro, algo del tipo:

    “Aquí se come lo que yo te diga cuanto yo te lo diga  y al precio que a mi me de la gana”

    Pero es que esto que acabo de contar no es una excepción, o yo tengo muy mala suerte o pasa muy frecuentemente. Y ojo, no sólo hablo de comida, con el vino es casi una constante, vamos, que en muchos restaurantes, aunque veas una carta con 100 referencias de vino, “operativas” tienen 2, un Rioja y un Ribera.

    Otra forma de “desactualización” de la carta de vinos se da cuando “parece” que tienen un vino y en verdad tienen otro. Por ejemplo, os voy a contar un caso real de no hace mucho:

    Este verano, en una cena en un restaurante de tintes canarios que se ha puesto de moda en Madrid en una de las zonas más pijotontunas, cenamos cuatro personas, las otras tres cometieron la irresponsabilidad de cederme el honor de elegir el vino y así lo hice. Resulta que cuando lo trajeron y procedieron a abrirlo y servirme un poco, lo probé, di mi aprobación y ya de paso le comenté al camarero que me había traído un vino que no era el que había pedido. El decía que sí y yo que no. Armado de la carta y con la botella en la mano procedió a demostrármelo y entonces le indiqué que lo único que coincidía era el nombre, todo lo demás, el tipo de uva, el año, la crianza… eran diferentes. Cuando se convenció me propuso cambiar el vino y le dije que no, al fin y al cabo el vino que nos trajo en las tiendas es un 50% más caro que el que figuraba en la carta.

    2.- Cobrar el pan y el cubierto: Esto me pone de muy mala leche y es algo casi inevitable, vamos a ver, resulta que acabo de comer, pido la cuenta y veo que me cobran dos euros por el pan y cubiertos o por el servicio o por el abrillantador. Pero oiga, ¿tengo alternativa?, es decir, ¿si como con las manos y no toco el pan no me cobra este plus?, porque si es así, un día me pido croquetas y chuletillas de cordero, me olvido del pan y me ahorraría dos euros, pero es que no, no hay alternativa, te lo cobran y punto. Fijaos que en Portugal tienen una costumbre que consiste en poner en la mesa antes de servir la comida pan y un aperitivo, de modo que si cuando llega la comida no has tocado el pan te lo retiran y no lo cobran. Ahora que lo pienso… lo que no se si controlan es si alguien se ha dedicado a frotarse el pan por todo el cuerpo, ósea, que igual ese pan lleva 5 mesas de viaje y cuatro manos diferentes hasta que te llega a tí.


    3.- Los precios sin IVA: Me irrita profundamente ver en el exterior de un restaurante su carta con unos precios majetes y al final del texto, en una letra tipo Arial 2,5 algo como “Estos precios no incluyen el IVA”… ¡pues ponlo!, te cuesta lo mismo y no hacerlo responde a una estrategia de marketing de lo más cutre. Yo es que ya, por principio, me niego a entrar a un restaurante que hace esto, es como si vas a tu frutería y tuvieran los precios sin el IVA, ¿te parecería normal?, ¿y lo de los restaurantes sí?, ¿te imaginas comprando unos zapatos y que te dijeran algo así:

    - Son 60€ más el IVA y además le cobramos 2€ por el calzador.
    - Pero si no he usado el calzador.
    - Ya, pero ahí estaba.

    Este cobra el pan, pero al menos tiene el IVA incluido

    4.- La relatividad en los tiempos de atención: Me explico. Suelo tener la misma prisa cuando llego que cuando me voy, de hecho, me gusta tanto estar en los restaurantes que suelo tener más prisa cuando me voy, que cuando llego y eso es así porque cuando pido la cuenta es que ya no quiero seguir en mi silla. Sin embargo, lo habitual en los tiempos suele ser que el tipo pretenda tomarte nota cuando ni siquiera has terminado de sentarte (y eso me molesta porque, como ya he aclarado, me gusta tomarme mi tiempo antes de decidir) y sin embargo, cuando ya has comido y quieres irte, puedes pedir la cuenta y el camarero suele decirte:

    - Ahora mismo señor.

    Lo cual suele equivaler al tiempo que tardarías en leerte el manual de instrucciones de tu horno multifunción, ósea, algo eterno. Yo he llegado a pedir la cuenta con la comanda. En serio, no es broma, he llegado a pedirlo todo junto:

    - Quiero una cerveza, un gazpacho, de segundo la codorniz en escabeche, una copa de rosado, un café con hielo y la cuenta por favor.
    - ¿Quiere que le prepare ya la cuenta?.
    - Sí.
    - ¿Y si desea pedir algo más?.
    - No voy a pedir nada más.
    - ¿Y si desea cambiar algo?.
    - No voy a pedir nada más, ni nada menos, ni a cambiar nada, tráigame lo que le he pedido y la cuenta.

    Nunca, repito, NUNCA, he conseguido que me hagan caso. Una vez servido el café y tras insistir en que me traiga la cuenta suele transcurrir una media de 3 horas (o eso es lo que a mí me parece) hasta que aparece el mismo camarero y te dice:

    - ¿Desea algo más?.
    - ¡¡¡¡¡Arrrggggg!!!!, ¡la cuenta!.


    5.- La extinción del vino rosado: Me molesta, me molesta que una carta de vinos contenga 30 referencias de tintos, 9 de blancos, 4 cavas 1 champagne, además de vinos de postre y… como mucho, 2 rosados (últimamente, en muchos sitios no hay ni uno). Y encima me ponen siempre los mismos, hay una especie de oligopolio del rosado entre Chivite, Mateus y Peñafiel. En algún lugar aparece un cuarto elemento tipo Enate y punto, se acabó.



    Hay gente a la que le gusta el vino rosado y además es un buen recurso para cuando hay diversidad de platos en una mesa (un menú largo y estrecho o una pareja que pide cosas muy diferentes). Por favor, ¡que vuelva el vino rosado a las cartas!.